La Base aérea de Collique o
más conocido como Aeroclub de Collique era o es un aeropuerto ubicado en el
distrito de Comas. Fue la sede de la Escuela de Aviación Civil del Perú, donde
se instruía a los futuros pilotos civiles peruanos y también solían entrenarse
esporádicamente, pilotos militares. El
Aeroclub de Collique contaba con una pista de 1020 m. y era utilizado por
avionetas y aviones menores de instrucción. Además contaba también con
instalaciones de entrenamiento, simulador de vuelo, zonas de esparcimiento,
aulas de instrucción y otros. Fue, por
más de cinco décadas, sede de la Escuela de Aviación Civil del Perú, formó
durante todo ese tiempo a miles de pilotos, en una época que es considerada
hasta ahora como la edad de oro de la aviación comercial en nuestro país.
El aeroclub estaba asentado
sobre un terreno de 60 hectáreas, y contaba con una pista de aterrizaje de
1.020 metros de longitud. "En sus años de esplendor, las promociones de
pilotos que egresaban de sus aulas bordeaban los 40 profesionales por
año", cuenta JOHN ELLIOT, piloto y ex presidente de la Asociación Peruana
de Aviación Comercial (APAC), quien se formó, precisamente, en sus
instalaciones.
"Estudié allí durante un
año, intercalando mis clases con prácticas de vuelo en Miami", comenta ELLIOT,
quien por cierto llegó a trabajar en JAPAN AIRLINES. "Era muy importante
ir al aeroclub porque sus costos eran manejables. La pista era del Estado y
entonces uno solo tenía que pagar el alquiler de la avioneta, algo que te
reduce el presupuesto hasta en 30% con relación a una escuela sin pista
propia", destaca.
Collique jugó ese papel,
además de ser parte del atractivo de la zona norte de Lima, donde los vecinos
de las residencias aledañas lo consideraban un parque de diversiones, y donde
cualquiera se podía pasear en las avionetas del aeródromo por S/.1. Podían
planear de costado, de cabeza y al ras de los campos de cultivo que entonces
formaban gran parte del paisaje, gracias a cortísimos e inolvidables tours en
el cielo.
Pese a que el Estado y un consorcio inmobiliario firmaron contrato,
pilotos civiles y algunos congresistas creen que la venta puede ser anulada. El
Aeroclub pasa por uno de sus momentos más difíciles. Desde su auto, a varios
metros del ingreso que es custodiado por soldados de la FAP, Renzo contempla
los muros del aeródromo de Collique. Un poco antes, mientras cubría la
distancia entre Miraflores y Comas, recordaba su paso por este lugar, hace 20
años, cuando completó las 200 horas de vuelo que le exigían para convertirse en
piloto civil. Luego de unos minutos, este hombre de 45 años (no quiere revelar
su apellido) desiste de ingresar porque le han contado que nada es como antes
en este inmenso espacio situado a 12 kilómetros de Lima. Y aunque la nostalgia
parece gobernarlo, su cautela puede más y retrocede. Pero antes de irse lanza
una advertencia: "Si no hacemos algo, la aviación civil en el Perú
desaparecerá. Y si en el futuro alguien quiere ser piloto civil, tendrá que
estudiar en Argentina o Estados Unidos".
"SE VIOLÓ
CONSTITUCIÓN" César Átala Vivanco,
quien tal vez pase a la historia como el último presidente del Aeroclub de
Collique, también teme por el futuro de las 64,9 hectáreas sobre las cuales se
construyeron, décadas atrás y con el dinero de todos los peruanos, el edificio
de la Escuela de Aviación Civil que administra la FAP y los demás ambientes de
este recinto. Pero lo de él no solo es miedo, es también indignación,
especialmente por los recientes sucesos. "Es una violación a la
Constitución y una falta de respeto a la memoria de miles de patriotas que,
tras el conflicto del 41, formaron la Liga Peruana de Aviación Civil e hicieron
una colecta nacional para crear la Reserva Aérea", afirma este hombre,
que, en nombre de decenas de aviadores civiles, se opone a la venta del
aeródromo.
Es verdad, tras el conflicto
limítrofe con Ecuador, la sociedad civil se movilizó para organizar una escuela
de aviación civil, y reunió un millón 529,997 soles, con los cuales se compró
el terreno y levantó las instalaciones que hoy funcionan. ÁTALA se presentó hace poco en el Congreso
para denunciar que la venta del aeroclub a una empresa de capitales chilenos y
una constructora nacional era un acto irregular. Defendió ardorosamente, como
lo hizo luego ante nosotros, la condición de intangible que tiene este espacio
adquirido en 1941 y que pasó a manos del Estado con la condición de que se
mantenga su uso, fines y propósitos de manera perpetua. "Existe una
resolución suprema que confirma lo que digo y que desmiente al ministro Enrique
Cornejo, quien quiere hacernos creer que no existe un acta de inscripción en
los Registros Públicos y que por eso pueden disponer de estos terrenos. Está
equivocado y este documento lo prueba (la resolución suprema 706, del 3 de
noviembre de 1944)", dice ATALA VIVANCO, mientras sostiene una hoja que
lleva la firma del presidente Manuel Prado.
¿Falta de patriotismo? ATALA
piensa que detrás de la venta del aeródromo hubo más que eso. "Primaron
motivos de color verde (Dinero), de otra forma no se entiende cómo se pudo
entregar un terreno como este a un precio tan bajo (49 millones de soles),
cuando lo mínimo que se debió exigir es 390 o 400 millones de soles (el metro
cuadrado de terreno en Comas cuesta US$ 200)". También hubo, claro,
"un absoluto desprecio por la voluntad de miles de peruanos que entregaron
este terreno al Estado para que funcionara ahí una escuela de aviación civil. Hablar
del tema parece hacer bien a CÉSAR ATALA, pues después de un rato se llena de
optimismo y dice tener confianza en que la venta del aeródromo no prosperará.
"He consultado con muchos abogados y todos me han dicho que la venta es
ilegal porque se trata de un terreno donado que no puede ser vendido".
Su optimismo es compartido por
dos congresistas, Víctor Andrés García Belaunde e Isaac Mekler, quienes no solo
han conformado una comisión para investigar el tema de la venta de los terrenos
del aeroclub, sino para ver si dicha transacción se hizo de manera legal. García
Belaunde incluso le dijo a este diario que no le sorprendería que detrás de la
venta de los terrenos del aeroclub de Collique haya oculto un millonario
negociado.
AEROCLUB PARALIZADO La
República comprobó que las actividades en el aeródromo están paralizadas. La
falta de apoyo del Estado y la incertidumbre sobre el futuro de este local lo
han convertido en un aeroclub fantasma. Como
si los pocos civiles y militares que ocupan sus instalaciones supieran que las
áreas verdes (hoy no tan verdes), terrenos libres (convertidos en chacras) y el
área que ocupan la pista, edificios (la mayoría cerrados) y hangares serán
reemplazados por moles de concreto. CÉSAR ATALA, en cambio, se resiste a creerlo.
Mientras surca los cielos de Comas en su avioneta biplaza, sueña con ver otra
vez al aeroclub verde, repleto de visitantes, con cientos de alumnos y con
muchas naves en su pista y hangares. Como hasta hace unos años, cuando nadie
veía en el Aeródromo de Collique una oportunidad de negocio, cuando sus pistas
y sus cielos estaban poblados de avionetas, planeadores y paracaidistas, y
cuando el país sabía que contaba con una reserva aérea civil que podía actuar
en un caso de emergencia como el terremoto del año pasado... Cuando nada era
como ahora.
CONSTRUYEN 22 MIL VIVIENDAS DE BAJO PRECIO Las empresas que compraron los terrenos del
aeródromo de Comas (el 15 de setiembre pasado) se han proyectado construir ahí
22 mil departamentos de interés social y de bajo costo. Según Rolando Ponce, de
la División Inmobiliaria de Graña y Montero, el Fondo MiVivienda repartió
documentación que señalaba que procedía la venta de los terrenos del aeroclub y
por eso participaron en la licitación. CÉSAR ATALA, ex presidente del aeroclub,
dijo que ni antes ni después de la venta de los terrenos del aeródromo el
Ministerio de Vivienda ofreció un nuevo espacio para trasladar la escuela de
aviación civil.