lunes, 23 de abril de 2018

HISTORIA DEL AEROCLUB DE COLLIQUE

La Base aérea de Collique o más conocido como Aeroclub de Collique era o es un aeropuerto ubicado en el distrito de Comas. Fue la sede de la Escuela de Aviación Civil del Perú, donde se instruía a los futuros pilotos civiles peruanos y también solían entrenarse esporádicamente, pilotos militares.  El Aeroclub de Collique contaba con una pista de 1020 m. y era utilizado por avionetas y aviones menores de instrucción. Además contaba también con instalaciones de entrenamiento, simulador de vuelo, zonas de esparcimiento, aulas de instrucción y otros.  Fue, por más de cinco décadas, sede de la Escuela de Aviación Civil del Perú, formó durante todo ese tiempo a miles de pilotos, en una época que es considerada hasta ahora como la edad de oro de la aviación comercial en nuestro país.
El aeroclub estaba asentado sobre un terreno de 60 hectáreas, y contaba con una pista de aterrizaje de 1.020 metros de longitud. "En sus años de esplendor, las promociones de pilotos que egresaban de sus aulas bordeaban los 40 profesionales por año", cuenta JOHN ELLIOT, piloto y ex presidente de la Asociación Peruana de Aviación Comercial (APAC), quien se formó, precisamente, en sus instalaciones.
"Estudié allí durante un año, intercalando mis clases con prácticas de vuelo en Miami", comenta ELLIOT, quien por cierto llegó a trabajar en JAPAN AIRLINES. "Era muy importante ir al aeroclub porque sus costos eran manejables. La pista era del Estado y entonces uno solo tenía que pagar el alquiler de la avioneta, algo que te reduce el presupuesto hasta en 30% con relación a una escuela sin pista propia", destaca.
Collique jugó ese papel, además de ser parte del atractivo de la zona norte de Lima, donde los vecinos de las residencias aledañas lo consideraban un parque de diversiones, y donde cualquiera se podía pasear en las avionetas del aeródromo por S/.1. Podían planear de costado, de cabeza y al ras de los campos de cultivo que entonces formaban gran parte del paisaje, gracias a cortísimos e inolvidables tours en el cielo.


Pese a que el Estado y un consorcio inmobiliario firmaron contrato, pilotos civiles y algunos congresistas creen que la venta puede ser anulada. El Aeroclub pasa por uno de sus momentos más difíciles. Desde su auto, a varios metros del ingreso que es custodiado por soldados de la FAP, Renzo contempla los muros del aeródromo de Collique. Un poco antes, mientras cubría la distancia entre Miraflores y Comas, recordaba su paso por este lugar, hace 20 años, cuando completó las 200 horas de vuelo que le exigían para convertirse en piloto civil. Luego de unos minutos, este hombre de 45 años (no quiere revelar su apellido) desiste de ingresar porque le han contado que nada es como antes en este inmenso espacio situado a 12 kilómetros de Lima. Y aunque la nostalgia parece gobernarlo, su cautela puede más y retrocede. Pero antes de irse lanza una advertencia: "Si no hacemos algo, la aviación civil en el Perú desaparecerá. Y si en el futuro alguien quiere ser piloto civil, tendrá que estudiar en Argentina o Estados Unidos".

"SE VIOLÓ CONSTITUCIÓN"  César Átala Vivanco, quien tal vez pase a la historia como el último presidente del Aeroclub de Collique, también teme por el futuro de las 64,9 hectáreas sobre las cuales se construyeron, décadas atrás y con el dinero de todos los peruanos, el edificio de la Escuela de Aviación Civil que administra la FAP y los demás ambientes de este recinto. Pero lo de él no solo es miedo, es también indignación, especialmente por los recientes sucesos. "Es una violación a la Constitución y una falta de respeto a la memoria de miles de patriotas que, tras el conflicto del 41, formaron la Liga Peruana de Aviación Civil e hicieron una colecta nacional para crear la Reserva Aérea", afirma este hombre, que, en nombre de decenas de aviadores civiles, se opone a la venta del aeródromo.

Es verdad, tras el conflicto limítrofe con Ecuador, la sociedad civil se movilizó para organizar una escuela de aviación civil, y reunió un millón 529,997 soles, con los cuales se compró el terreno y levantó las instalaciones que hoy funcionan.  ÁTALA se presentó hace poco en el Congreso para denunciar que la venta del aeroclub a una empresa de capitales chilenos y una constructora nacional era un acto irregular. Defendió ardorosamente, como lo hizo luego ante nosotros, la condición de intangible que tiene este espacio adquirido en 1941 y que pasó a manos del Estado con la condición de que se mantenga su uso, fines y propósitos de manera perpetua. "Existe una resolución suprema que confirma lo que digo y que desmiente al ministro Enrique Cornejo, quien quiere hacernos creer que no existe un acta de inscripción en los Registros Públicos y que por eso pueden disponer de estos terrenos. Está equivocado y este documento lo prueba (la resolución suprema 706, del 3 de noviembre de 1944)", dice ATALA VIVANCO, mientras sostiene una hoja que lleva la firma del presidente Manuel Prado.

¿Falta de patriotismo? ATALA piensa que detrás de la venta del aeródromo hubo más que eso. "Primaron motivos de color verde (Dinero), de otra forma no se entiende cómo se pudo entregar un terreno como este a un precio tan bajo (49 millones de soles), cuando lo mínimo que se debió exigir es 390 o 400 millones de soles (el metro cuadrado de terreno en Comas cuesta US$ 200)". También hubo, claro, "un absoluto desprecio por la voluntad de miles de peruanos que entregaron este terreno al Estado para que funcionara ahí una escuela de aviación civil. Hablar del tema parece hacer bien a CÉSAR ATALA, pues después de un rato se llena de optimismo y dice tener confianza en que la venta del aeródromo no prosperará. "He consultado con muchos abogados y todos me han dicho que la venta es ilegal porque se trata de un terreno donado que no puede ser vendido".

Su optimismo es compartido por dos congresistas, Víctor Andrés García Belaunde e Isaac Mekler, quienes no solo han conformado una comisión para investigar el tema de la venta de los terrenos del aeroclub, sino para ver si dicha transacción se hizo de manera legal. García Belaunde incluso le dijo a este diario que no le sorprendería que detrás de la venta de los terrenos del aeroclub de Collique haya oculto un millonario negociado.
AEROCLUB PARALIZADO La República comprobó que las actividades en el aeródromo están paralizadas. La falta de apoyo del Estado y la incertidumbre sobre el futuro de este local lo han convertido en un aeroclub fantasma.  Como si los pocos civiles y militares que ocupan sus instalaciones supieran que las áreas verdes (hoy no tan verdes), terrenos libres (convertidos en chacras) y el área que ocupan la pista, edificios (la mayoría cerrados) y hangares serán reemplazados por moles de concreto. CÉSAR ATALA, en cambio, se resiste a creerlo. Mientras surca los cielos de Comas en su avioneta biplaza, sueña con ver otra vez al aeroclub verde, repleto de visitantes, con cientos de alumnos y con muchas naves en su pista y hangares. Como hasta hace unos años, cuando nadie veía en el Aeródromo de Collique una oportunidad de negocio, cuando sus pistas y sus cielos estaban poblados de avionetas, planeadores y paracaidistas, y cuando el país sabía que contaba con una reserva aérea civil que podía actuar en un caso de emergencia como el terremoto del año pasado... Cuando nada era como ahora.

CONSTRUYEN 22 MIL VIVIENDAS DE BAJO PRECIO  Las empresas que compraron los terrenos del aeródromo de Comas (el 15 de setiembre pasado) se han proyectado construir ahí 22 mil departamentos de interés social y de bajo costo. Según Rolando Ponce, de la División Inmobiliaria de Graña y Montero, el Fondo MiVivienda repartió documentación que señalaba que procedía la venta de los terrenos del aeroclub y por eso participaron en la licitación. CÉSAR ATALA, ex presidente del aeroclub, dijo que ni antes ni después de la venta de los terrenos del aeródromo el Ministerio de Vivienda ofreció un nuevo espacio para trasladar la escuela de aviación civil.

























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